Ecological agriculture - Agricultura ecológica

Ecological agriculture is truly sustainable – it can regenerate and refertilise the degraded and damaged agricultural soils that cover most of the world, and will allow us to continue producing food on that land indefinitely. Conventional agriculture degrades and depletes the soil, and so cannot continue to feed us, and the “progress” made in agriculture in the last decades has come at an enormous environmental and social cost .

Hay una creciente y continua demanda de alimentos por parte de la población mundial. En la actualidad, hay más de 840 millones de personas con una disponibilidad insuficiente de alimentos. En los próximos 20 años, necesitaremos un 50% más de alimentos, un 30% más de agua, y un 50% más de energía para alimentar a 1200 millones de personas más en el mundo: sin embargo, en los últimos 20 años el incremento de la población ha sido muy superior al aumento de la producción por hectárea de tierra cultivada.

Ecological agriculture also outyields industrial agriculture – it gives a combined and continual yield from land, instead of one or two big monoculture harvests per year. And it is much more efficient in energy and financial terms when we consider the cost and embodied energy of conventional farming’s chemical inputs. Ecological agriculture gives us a much better output for our input.

Agriculture is built upon fertile soil, a favorable climate, ample freshwater, a diversity of plant and animal species, and the skills and labor of farmers and farm workers. These are the ecological foundations of our food system. They are also endangered by depletion, disruption, or disease. Finding ways to better preserve the health of agricultural ecosystems is key to the long-term sustainability of our food supply.

Los sistemas de cultivo ecológico permiten evitar costes ambientales como la contaminación de acuiferos o la erosión de suelos, que están asociados a los cultivos convencionales. Más allá del interrogante sobre los costes, también se plantean posturas en favor de dar más valor a la alimentación dentro de nuestras compras, por su relevancia para nuestra salud y la del planeta.

Mi pregunta es: ¿Se trata, en realidad, de vivir de otra manera?